jueves, 13 de agosto de 2015

TORMENTA




Me gusta la tormenta asustándome
Desde la noche que pregona
Y propone, al amo del relámpago,
Besar mis pupilas dilatadas.

Me gusta estar sola en la penumbra
Cuando la tarde cae como esperanza
Y se disuelve el humo de lo real
En el campanilleo del hombre
Que vende dulces de puerta en pena
Su pregón cruza mi ventana
La brevedad de las cosas simples
y esta copa, que he de beber mañana

Cuando no estás aquí, sueño de ti
Este espacio de aguacero, mío.
Cuántas luces fulguran en la noche
 Lo que no fui hoy. Mañana será



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